Cuando a mediodía de este lunes España se apagaba, la DGT se apresuró en pedir a los ciudadanos que no circularan. Evitar las carreteras, en las que no funcionaban ni semáforos ni cámaras ni señales eléctricas era una prioridad para mantener la seguridad. Pero al mismo tiempo se pararon los trenes, metros y tranvías, dejando tirados a los pasajeros en mitad del campo o dentro de los túneles.
Los usuarios del transporte público han sido de los grandes afectados por este apagón sin precedentes. Volver a casa para muchos se ha convertido en una odisea, y algunos, que no lo han logrado, han tenido incluso que pasar la noche varados en las estaciones, que han quedado abiertas. En la de Sants, Barcelona, le ha ocurrido a unas 500 personas, informa TVE.
El apagón obliga a caminar durante horas para regresar a casa o dormir en estaciones.
También le ha ocurrido a muchas personas en diferentes estaciones de Madrid, como la de Atocha, donde está previsto que este martes se recupere el servicio de Cercanías al 50% y algunos de los trayectos de media y larga distancia.
En las grandes ciudades muchos han tenido que resignarse a caminar durante horas para desplazarse. Mientras los trenes no funcionaban, la Policía pedía a los taxistas que priorizaran a personas mayores o con niños, y coger un autobús se ha convertido en una misión imposible en unas carreteras colapsadas por los atascos.
Obligados a recorrer kilómetros de distancia
Es el caso de Esperanza, que ha caminado desde el barrio madrileño de Arturo Soria hasta Plaza de Castilla para tratar de coger un autobús. Su destino final, en Getafe, está a más de 25 km. "No he podido coger nada, he tenido que ir caminando hasta Cibeles, y allí tampoco he conseguido coger ningún autobús", cuenta a RTVE.es a pocos metros de llegar a Plaza Elíptica.
“No he podido coger nada, he tenido que ir caminando“
Parecido es el caso de Castel, cuyo periplo para volver del trabajo comenzó en Ventas. "Es imposible coger un autobús, pero por lo menos hace buen tiempo", explica resignado a RTVE.es. Le despedimos cerca de Plaza Elíptica, donde, como Esperanza, espera coger un transporte hasta Leganés. Un trayecto total de más de 15 km.
-Los usuarios del transporte público han sido de los grandes afectados y algunos no pudieron volver a casa
Jorge sí ha conseguido coger un autobús de Alcalá de Henares hasta Avenida de América, pero allí terminó su suerte y a las 15.00 comenzó a caminar hacia su destino final: Parla, cerca de 40 km de distancia. Mientras caminamos con él un trozo del trayecto, cuenta a RTVE.es que trabaja en un centro comercial que empezó a cerrar todas sus tiendas cuando a las 12.30 del mediodía España se fue a negro.
Mi coche está en un parking que sube el vehículo con un ascensor, y no han podido “
En un supermercado de Argüelles trabajan Carmen y Tamara. En plena jornada se fue la luz. Al principio pensaron que era solo en el edificio, después en el barrio, y luego les dijeron que era generalizado en toda la península. "He tenido que volverme andando porque mi coche está en un parking que sube el vehículo con un ascensor, y no han podido", explica Tamara. Su compañera Carmen, que vive en Chueca, la ha acompañado caminando hasta Plaza Elíptica (casi 6 km) porque desconocía cómo llegar caminando, y al no funcionar el móvil, no tenía tampoco GPS.
Quienes caminaban este martes por Madrid tampoco han podido atravesar el Parque del Retiro, cerrado por seguridad desde las 18.00, lo que incrementaba la distancia al tener que rodearlo.
En la Glorieta de Atocha centenares de pasajeros se apelotonaban junto a las paradas de autobús para tratar de subir a alguno, pero llegaban abarrotados y muchos desistían. El que lo lograba, veía como pasaban las horas y apenas recorría un puñado de metros. Una viajera del autobús E1 afirma a RTVE.es que ha tardado dos horas y medias en recorrer el kilómetro que separa la Plaza de Cibeles de Atocha.
En estaciones con intercambiadores de autobús, como la de Plaza Elíptica, la escena era parecida: miles de personas abarrotaban la calle tratando de coger un transporte, custodiados con una gran presencia policial. Allí, la cola de personas para acceder al edificio llegaba hasta el chiringuito de un parque cercano. Exactamente 350 metros de cola de gente que esperaba solo para acceder al edificio.