Muere la actriz Marisa Paredes a los 78 años

Escrito el 18/12/2024
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Luto en el cine español. Marisa Paredes, una de las actrices más destacadas del panorama nacional, ha fallecido a los 78 años. Ha informado de la noticia este martes la Academia de Cine, entidad que presidió del 2000 al 2003.  “El cine español se queda sin una de sus actrices más icónicas, Marisa Paredes, que deja tras de sí una larga carrera en la que el público ha podido verla en más de 75 ocasiones en la gran pantalla”, ha publicado la Academia a través de las redes sociales.


La carrera de Paredes, que arrancó en los años 60, ha sido una de las más prolíficas del cine español. A la actriz nunca le faltó trabajo. Además de en esas 75 películas, actuó en otras tantas series de televisión y se subió a las tablas teatrales en numerosas ocasiones. Fue chica Almodóvar y quizá los espectadores la recordarán con su ceñido traje verde y sus largos guantes rojos cantando Piensa en mí  en Tacones lejanos, pero Paredes fue también una de las actrices más demandadas por directores mejicanos y, sobre todo, franceses. 


Empezó a trabajar en el teatro, los programas televisivos de Estudio 1 y con papeles de reparto en el cine bajo las órdenes de directores como Fernando Fernán Gómez. Pero se hizo muy popular entre el público español en 1980 tras participar en Ópera prima de Fernando Trueba. La cinta estaba protagonizada, entre otros actores, por Óscar Ladoire y Kiti Mánver, que también se sumarían más adelante a la trup de Pedro Almodóvar.


Fue presidenta de la Academia de Cine y recibió el Goya honorífico en el 2018

Paredes se incorporó al universo del director manchego en 1983 para convertirse en sor Estiércol, una de las monjas que pululaba por Entre tinieblas, una cinta en la que también estaban Julieta Serrano, Carmen Maura y Chus Lampreave. La actriz era ya una chica Almodóvar, pero eso no impidió que la llamaran otros directores. Se puso de nuevo a las órdenes de Fernán Gómez en Las bicicletas son para el verano (1984), uno de los éxitos del año. Después participó en otras dos películas destacadas, Tata mía (José Luis Borau, 1986) y Cara de acelga (José Sacristán, 1986). 

Agustí Villaronga le dio el papel protagonista en Tras el cristal (1987), un filme de terror que contaba la historia de un médico nazi. A finales de los 80, Paredes actuó en otros títulos que pasaron más desapercibidos, pero con la nueva década estalló todo su esplendor como actriz gracias al papel de Becky del Páramo en Tacones lejanos (Pedro Almodóvar, 1991). Victoria Abril y Miguel Bosé acompañaron a Paredes en esa aventura cinematográfica  que dejó, en la voz de Luz Casal, dos canciones inolvidables, Piensa en mí Un año de amor.


En tándem Almodóvar Paredes funcionó a las mil maravillas y las pareja repitió con La flor de mi secreto (1995), puede que una de las películas hoy menos recordadas del realizador, pero que es una comedia romántica deliciosa con el toque Almodóvar en la que Paredes se empareja con Juan Echanove. También rondaban por la película Imanol Arias, Rossy de Palma, Chus Lampreave y Carme Elías.




Gracias a estos dos títulos, la actriz se convirtió en uno de los nombres más destacados del panorama actoral español, lo que le abrió las puertas a otras cinematografías. El mejicano Arturo Ripstein la fichó para trabajar en Profundo carmesí (1996) y Roberto Benigni le dio un papel en la maravillosa y laureada La vida es bella (1997), que narra la historia de un hombre encerrado en un campo de exterminio nazi que inventa un juego para evitar a su hijo el dolor del lugar. 


Con estos trabajos, despuntó la carrera internacional de Paredes, que trabajó a las órdenes de Guillermo del Toro en El espinazo del diablo (2001), Manoel de Oliveira en El espejo mágico (2005) o Edgardo Cozarinsky en Crepúsculo rojo (2003). Pero nunca se alejó de Almodóvar. Tuvo papeles en Todo sobre mi madre (1999), la oscarizada Hable con ella (2002) y La piel que habito (2011), donde trabajó junto a Antonio Banderas. 


Paredes, que estuvo casada con Chema Prado y con el cineasta Antonio Isasi-Isasmendi, tenía una hija, María Isasi, nacida en 1975. La intérprete recibió en el 2018 el Goya de Honor, un reconocimiento especial a su dilatada trayectoria, en la que sumó nominaciones por sus interpretaciones en Cara de acelga (1988) y La flor de mi secreto (1996).


Información: Leonor Mayor Ortega (La Vanguardia)